Ciudad de Buenos Aires, 26 de marzo de 2021.- "Este año el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) cumple treinta años desde su fundación, realizada a través de la firma del Tratado de Asunción en 1991. El MERCOSUR es un logro histórico de los países que lo conformamos, que nos ha permitido avanzar desde una lógica de rivalidad hacia una de cooperación.
El MERCOSUR es el instrumento de política exterior más relevante de los últimos treinta años para nuestros países. En estos treinta años hemos logrado muchas coincidencias: el compromiso con la democracia como una condición fundamental para la vida de nuestros pueblos; el respeto por los derechos humanos como un valor esencial e irrenunciable para la convivencia; el reconocimiento de nuestra diversidad; la coordinación de nuestras políticas de crecimiento para integrar nuestras estructuras productivas.
El bloque nació en un clima de retorno a la democracia en América Latina y desde un principio nuestros países lo entendieron como una herramienta central de cooperación regional para dejar atrás el peligro de las dictaduras y los gobiernos de facto. Nuestros gobiernos entendieron que la eliminación de barreras en nuestra región sería importante para mejorar nuestro bienestar económico y también para eliminar las hipótesis de conflicto que anteriormente existían entre algunos de nuestros países, a través de un proceso amplio de construcción de confianza mutua. Justamente, la lógica detrás de las hipótesis de conflicto que existían previamente en la región es la creencia de que la única forma de ganar algo es sacárselo a otro. Se cambió tal lógica por la de construir intereses comunes sobre la base de necesidades también comunes.
Comenzando en 1991 creamos una zona de libre comercio para que nuestros bienes y servicios circulen sin restricciones, y también un arancel externo común que permite administrar el intercambio con el resto del mundo. Esto permitió que nuestro comercio mutuo creciera vigorosamente. Conseguimos también promover un intercambio de productos con valor agregado entre nuestros socios que permitió dinamizar actividades de exportación no tradicionales y creadoras de puestos de trabajo de calidad (biocombustibles, química y petroquímica, plásticos, productos farmacéuticos, siderurgia, automotriz, entre otros rubros). Efectivamente, mientras que los países del MERCOSUR son tradicionalmente fuertes exportadores de productos primarios, muchas de las exportaciones que se realizan entre los socios del bloque son productos industrializados, destacándose el comercio automotor (casi un 50% del comercio entre Argentina a Brasil).
La cooperación dentro del MERCOSUR se extendió a numerosos ámbitos: la cultura, la educación, la ciencia y la tecnología, la confianza lograda en materia de defensa y de desarrollo de la energía nuclear (aspecto fundamental en la década del ochenta), la construcción de una ciudadanía común, la coordinación de políticas sociales y económicas, etcétera. Los ámbitos de trabajo conjunto en el bloque son múltiples y variados y se van modificando a medida que los cambios en el contexto internacional y en el de nuestros países así lo requieren.
En 2004 creamos el Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR, mediante el cual se han volcado al día de hoy más de US$ 1.000 millones en préstamos no reembolsables para proyectos de infraestructura y desarrollo productivo, entre otros, lo que nos ha permitido incrementar la competitividad de nuestras economías y mejorar nuestras condiciones de vida, en especial en las zonas más atrasadas de nuestros países.
Por otro lado, desde sus primeros años el MERCOSUR buscó acuerdos comerciales con todos los países de la región, lo que permite que hoy día haya construido un área de libre comercio con la mayor parte de los países de América Latina. Asimismo, hemos negociado también acuerdos comerciales con la Unión Europea, la EFTA, Israel, Egipto, India, los países del sur de África, entre otros. El MERCOSUR no es un bloque cerrado al comercio exterior, sino una plataforma para que nuestros países se proyecten al resto del mundo.
En estos treinta años la relación entre el MERCOSUR y México ha visto progresos, acuerdos comerciales negociados e inversiones crecientes. Pero no hay dudas que la relación permanece debajo de su potencial. Los aniversarios son momentos de balance, pero también oportunidades de relanzamiento. Los acuerdos actuales otorgan un marco para la profundización bilateral de las relaciones en preparación de una necesaria convergencia en un área de libre comercio de bienes, servicios e inversiones.
México es y será un actor esencial para la profundización de la relación del MERCOSUR con la Alianza del Pacífico, una convergencia sobre la que depositamos grandes esperanzas para enfrentar los desafíos de América Latina de cara al futuro.
El mundo se encuentra experimentando una reconfiguración de la estructura del poder mundial, junto con una crisis de las instituciones internacionales que nos han regido en los últimos setenta años. Frente a los desafíos e incertidumbres que plantea este escenario, no tenemos dudas de que la integración de nuestros países seguirá siendo el mejor camino para impulsar nuestro desarrollo, preservar nuestra soberanía y promover el bienestar de nuestros pueblos. Todo poder es débil, a menos que permanezca unido".
Felipe Solá
Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina